Desde que nací podía ver solo dos colores, blanco y negro. Al abrir los ojos después de dar mi primer beso, reconocí el color rojo y verde, eso fue cuando adolescente, y desde entonces, por más que buscaba esa sensación, no la encontraba... hasta que conocí a Paula. El morado de sus vestidos, el café de sus morados cuando hacíamos el amor, el rosa de su piel, el tierno naranja de sus palabras; toda la vida me sabía a colores.
Hace poco me dejó, y a pesar de seguir viendo los colores, detesto el mundo en el que vivo. Me di por vencido. Hay labios rojos y miradas azules, pieles negras y auras grises, pero yo sigo sin querer a nadie.
Ando buscándola. Me hace falta el arcoíris de su sonrisa.
Hace poco me dejó, y a pesar de seguir viendo los colores, detesto el mundo en el que vivo. Me di por vencido. Hay labios rojos y miradas azules, pieles negras y auras grises, pero yo sigo sin querer a nadie.
Ando buscándola. Me hace falta el arcoíris de su sonrisa.
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