A veces parece como si estuviera despierta. Sueño que vuelve de su letargo y se queda varias noches conmigo, pero la realidad es que vive dentro de mundo onírico. Cada vez más su ausencia hace que sea intolerable dormir tranquilo, y doy largas vueltas por el castillo extendiendo mis alas y quemando algunas cosas. Después vuelvo y me convierto en humano, me acuesto al lado de su cuerpo, la penetro con calma y lloro bajito, sollozado, mientras recuerdo aquellos días donde no la conocía y era libre.
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