sábado, 2 de mayo de 2015

Lorena

Lorena

Lloro y no paro de hacerlo mientras veo la sangre de Lorena deslizarse por mi nervioso brazo y seguir su trayecto hasta caer al suelo. Lloro porque no sé si ella reencarnará, si podré sentirla cerca de mi espalda nuevamente así sea en otra vida. Lloro porque a pesar de todo lo que ella gritaba y el cómo se agitaba mientras la ahorcaba, pronunciaba mi nombre con mucha ternura. Y yo, yo tan parco y muerto, con estos tragos encima, sonreía y la imaginaba entrar al cielo o al lugar que le tienen apartado a los inocentes, mientras yo me quedo condenado en este infierno que siento al verla tan fría y tan calladita.

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